Kapi, la encarnación de los 4 elementos del hip hop en España y otras aventuras de los años 90

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Bienvenidos a un nuevo episodio de Breaking The Rules. Volvemos a Barcelona, para escuchar a uno de los escritores que marcaron una época. Kapi, al que entrevistamos en sus orígenes con el grupo Mafia 2, ha vuelto al micro para contarnos otros aspectos de su historia dentro del graffiti. Hablaremos con él del Game Over revista, de la tienda, de break, de rap, de trenes entre otras cosas. 

Antes de empezar queremos agradecer a Molotow Barcelona por cedernos el espacio, y felicitar a Writers Madrid por 25 años de saber hacer junto a los escritores de graffiti.

Sabéis que podéis escucharnos en Ivoox entre otras plataformas.  También podéis dejarnos comentarios y opiniones y de esa manera ayudarnos a mejorar. ¡Gracias de antemano y saludos!

Después de M2

El interés por el hip hop fue lo que originó que se creará Mafia2, y siempre formará parte de mí.. Hay ocasiones en las que aún lo escribo, pero en mi afán de evolucionar, me adelanto un poco y empiezo a conectar con la siguiente generación. Sendy’s, por ejemplo, estaba muy activo, tanto como lo estuvieron mis compañeros cuando empezaron a pintar. Hay que tener en cuenta que Taka se estaba cambiando de ciudad, y que estaban más metidos en la música. 

Con Sendy’s hice buenas migas, él estaba con el lettering y era un bombardero nato. Yo estaba experimentando con los vinilos.  Empezamos a pintar juntos. Intercambiamos conocimiento, ya mí su energía me motivaba mucho. Y sin darnos cuenta y de manera orgánica, pintábamos mucho juntos y montamos un grupo que se llama Street Gang, que nace espontáneamente. 

En todo ese proceso, yo ya tengo la mayoría de edad, y estoy tratando de independizarme. Estoy buscándome la vida, pensando a qué voy a dedicarme laboralmente.

Kapi y Sendy’s 1990

El camino profesional

Ya había decidido no continuar mis estudios que iban encaminados a ir a la universidad… porque no tenía claro qué quería hacer, y sí que tenía claro qué me gustaba, que era el hip hop, la música, los samplers, los vinilos y el graffiti.. 

Entonces traté de focalizarme en la parte del graffiti, porque le vi más posibilidades a nivel financiero- con la ayuda de mi padre, tengo que decirlo.- Le planteé la posibilidad de dejar de estudiar, y fue un poco dramático para mi padre, pero vio que estaba tan motivado con lo que me gustaba que me preguntó que quería hacer. Le dije que me gustaría vivir del graffiti.

Tampoco es que tuviera una idea muy clara, pues lo máximo que habíamos hecho era pintar alguna persiana, pero sí tenía un referente: Sutil.  Él  tenía 4 o 5 años más que nosotros, había pintado un par de discotecas tochas, había hecho un par de trabajos con buen dinero y se le había tratado como un profesional. 

Kapy y Sendy’s, Bcn 1990

Eso me despertó la curiosidad, y me hizo pensar que había otras posibilidades para ser profesional.  Lo hablé con mi padre, me dijo que creará un book, y me dio unos contactos de un par de agencias de publicidad- trabajo al que se había dedicado anteriormente-  y me presenté allí. 

En menos de un mes tenía algunos trabajos. Tenía 19 años, era 1990 y yo ya me consideraba un buen escritor. Me empezaron a llamar para pintar un anuncio de televisión, o el fondo de un anuncio, o Inauguraban un supermercado y querían regalar unas bicicletas.. lo pagaban bien. Vi que podía seguir ese camino, y me di cuenta de que Sendy’s sería un buen compañero de trabajo, porque era limpio, preciso.. 

Street Gang

Sendy’s y yo habíamos creado el grupo y pintado algunos murales con el nombre, y un día el hermano de Musa nos presentó a Tzack. Él era más o menos de mi edad, tenía una capacidad de dibujar espectacular y tenía una estética graffiti muy potente. Cuando me lo presentaron y me enseñó lo que hacía, supe que tenía que presentarle a Sendy’s. Efectivamente, flipó. 

A todo esto, nosotros estábamos con un mural de Street Gang en Mercat Nou, y le invitamos a pintar. Vino e improvisó un demonio, en plan 3D y flipamos. Sin dudarlo lo metimos en el grupo. Así que el grupo quedó formado por tres personas con personalidades muy distintas, muy complementarias, algo que venía muy bien para el negocio que yo tenía entre manos.

Street Gang, 1990

El trabajo editorial, los inicios de Game Over

Yo no vivía de esos trabajos, tenía un empleo de maquetador en una editorial en la que trabajaba mi padre. En esa época, sin ordenadores, necesitaban gente mañosa con el diseño, porque todo se hacía a mano, con regla, letraset… A mí eso se me daba bien, y también se me daba bien el aerógrafo. Ese empleo de media jornada, me daba lo suficiente para lo básico. 

Los trenes los compartía con Musa y con BTS (Bandits Barcelona), que en ese momento se estaba dando a conocer. Nos movíamos mucho con ellos y montábamos buenos pollos. Pintábamos túneles, pasábamos fin de año en cocheras.. Algunas acciones perduraron en el tiempo y adquirieron cierto misticismo.

Así que el trabajo con graffiti lo podía potenciar sin estrés.
Hicimos algunos trabajos bastante potentes, como uno para la competición nacional de motocross, dónde nos hicieron pintar todo el interior de una nave, y del que sacamos una buena pasta. Así que nos acostumbramos a lo profesional y al muralismo- aunque en ese momento,90-91 nadie lo llamaba así. También en esa época hacíamos murales currados con los TBC dentro del grupo Intercity, de esos de dos días, escaleras, andamios…

Paralelo a esto, mi actividad con Mafia2 se reducía a un segundo plano, y quedamos alguna vez para bombardear, cómo hacíamos antaño. Pero mi principal actividad con ellos era la música. Los trenes los compartía con Musa y con BTS (Bandits Barcelona), que en ese momento se estaba dando a conocer. Nos movíamos mucho con ellos y montábamos buenos pollos. Pintábamos túneles, pasábamos fin de año en cocheras.. Algunas acciones perduraron en el tiempo y adquirieron cierto misticismo.

Una noche de verano, decidimos ir en bici a la cochera de Sant Adrià, para pintar trenes mercancías. Al volver, el camino se nos hizo eterno, y pedaleando por la Diagonal, en un semáforo a la 4 de la mañana, empezamos a darle vueltas a la idea de hacer un fanzine con el material que teníamos.

Moockie

Entre el 89 y el 92 doy un salto importante en mi vida, porque conozco a Moockie. Él, como habéis escuchado en su episodio, es un personaje que se mueve en la escena, desde el break, luego pasa al graffiti y se mueve con su grupo Los Malignos. Me lo encontraba en las reuniones de Universidad y lo que más me molaba de él, era que hacía un fanzine ETN (Escribe tu nombre). Este fanzine era la versión del WYN (Write your Name). Se suponía que Moockie estaba haciendo  el fanzine con los de su grupo, pero se cargaba con mucho trabajo y estaba un poco quemado. 

El caso es que yo había viajado con Split  en el 91 a Amsterdam. Split tenía un familiar que nos alojaba, y de allí pasábamos a Londres en ferry, y ahí tenía  yo un familiar que nos acogía. Flipamos, en Londres visitamos y compramos todos los discos de hardcore británico que pudimos. Y en Amsterdam no pillamos ropa. Nos habían dicho que en Waterloo Plein la gente pintaba en un Hall of Fame. Cuando llegamos vemos los túneles pintados y nos encontramos con un rasta haciendo fotos a todo. Empezamos a hablar en “inglés” y nos cuenta que se llama Zerok y es alemán. Es una persona que se convirtió en alguien muy importante porque fue mi primer contacto con el extranjero. Nos intercambiamos direcciones y me empezó a mandar fotos de sus viajes por Europa… de Kane, y de todos estos pioneros alemanes. También le interesaba lo que se hacía por aquí y se vino varias veces a Barcelona. 

Yo tenía una caja de zapatos llena de fotos guapísimas y a mí siempre me ha gustado acumular información y ordenarla para poder enseñarla después. Así que cuando conocí a Moockie vi que él también estaba en la misma onda. Se carteaba con peña y le enviaban fotos, por ejemplo con Cruze que hacía el 14K . 

Una noche de verano, decidimos ir en bici a la cochera de Sant Adrià, para pintar trenes mercancías. Al volver, el camino se nos hizo eterno, y pedaleando por la Diagonal, en un semáforo a la 4 de la mañana, empezamos a darle vueltas a la idea de hacer un fanzine con el material que teníamos. Queríamos hacerlo con la calidad de los fanzines que seguíamos y nos gustaban. Además, ya tenía el nombre del fanzine: con Taka acababa de hacer un tema para nuestro grupo RS232 que se llamaba Game Over. Empezamos a investigar cómo hacerlo, yo puse en marcha mis contactos de imprentas y Moockie que era un máquina se puso con la edición. Lo montamos y vamos a llevarlo a la imprenta, pero en medio de todo eso, me llega la carta de la mili.

Historias de la puta mili

Me tengo que ir a hacer la instrucción en agosto del 92, y le digo a Moockie que lleve el fanzine a imprenta y que yo intentaría librarme de la mili, como la mayoría de mis amigos estaban haciendo.

En el reemplazo anterior al mío,- 3 meses antes-,  a mi amigo Split le habían llamado a servicio. Después de la instrucción, le destinaron a un cuartel y a los 3 meses lo ingresaron en un hospital militar por una depresión y al final se libró de la mili. Corrían muchos rumores de cómo librarse, él me dijo qué tenía que hacer y seguí su consejo. Cómo anécdota, a los 4 meses acabé en el mismo hospital psiquiátrico que él. 

Mientras estoy haciendo la instrucción, Moockie recoge el fanzine y en uno de mis permisos lo llevamos al Train Club. 

Game Over

Todo el mundo se esperaba un fanzine como los que se habían hecho hasta el momento. Cuando la gente lo vio, las primeras reacciones no fueron positivas. Dijeron que éramos unos vendidos, que habíamos contaminado la movida y ese tipo de cosas. Sin embargo, se agotó. 

Antes del número 1, hubo un número 0, que hicimos un par de meses antes para costear el número 1. Claro, no teníamos pasta suficiente para publicarlo. El número 0 era un refrito de todo nuestro material, fusilamos los bocetos de las revistas que teníamos, lo imprimimos ilegalmente en la oficina donde yo trabajaba, un sábado por la noche. Hicimos 100 ejemplares grapados a mano, los llevamos a vender a 100 ptas, y con las 10 mil pesetas que nos sacamos y lo que teníamos pudimos sacar el número 1. 

Del primer número real, que no fue el 1, sino 1-2, (porque veíamos en los fanzines de fuera que llevaban números dobles y pensábamos que era lo normal, a pesar de que el nuestro no era un fanzine doble). El 3 ya era sólo el tres. Del 1-2 hicimos 200 ejemplares, con técnica offset.  

Ese mismo año empezamos a maquetarlo el 3, que ya hicimos en imprenta. Un fanzine con 32 páginas en blanco y negro. Aprendimos a tramar las fotos. Una cosa curiosa es que los ordenadores los usábamos sólo para los textos. Para las fotos montábamos las páginas a tamaño real y en la imprenta nos lo reducían se veía todo bien encajado.

Concurso Túnel de lavado, 1992, Barcelona

De eso no tenemos nada guardado, porque queríamos recuperar las fotos para nuestros álbumes.

A partir del núm 6 empezamos a escanear las fotos y a trabajar con el Corel Draw. Eso supuso un bajón de calidad en las fotos, porque nuestro escáner no tenía la calidad de la imprenta. Fue un paso atrás terrible, y de hecho no mejoramos hasta que compramos un buen equipo. 

La gente, a pesar de todo, estaba muy contenta y era muy participativa. Escribían artículos, mandaban fotos, y nosotros seleccionábamos que salía. Buscábamos ese equilibrio, además había muy buen material extranjero y creíamos que eso podía elevar el nivel aquí y a la vez queríamos que fuera se viese que se hacía aquí.

Al principio usamos la red de venta que tenía Moockie para vender su fanzine, alguna tienda de discos, la Raza que era un tienda de ropa. En seguida hicimos un apartado de correos y la  gente nos enviaba un sobre con dinero y datos para que le enviásemos la revista.

También nos pasaba lo mismo que le pasaba a Sutil con el CFC, la gente se lo fotocopiaba, pero eso no pasó hasta más tarde. En el 92 éramos los putos amos, hacíamos un fanzine y el resto de la gente dejó de hacer los fanzines de fotocopias. Al tiempo otros se animaron a sacar revistas en la misma onda y eso hizo que no estuviésemos solos, como Psychographics y otras… También influye en la música ( se deja de hacer en casa y se mandan a grabar) etc…

Lo que nos faltaba eran los puntos de venta. 

Pako King, Zeta y Kapi con el Game Over, Madrid 1992

Teníamos contacto con Madrid, desde el número 1 del Game Over, con Zeta y la gente de Alcorcón. En el 92, hicimos el viaje a Madrid con la revista, fuimos Moockie, Musa, Tzack y yo. Les conocíamos por carta, pero allí conocimos a gente de Fuenlabrada, a Mast y todos estos. Hicimos una buena conexión. 

Cuando empezamos a hacer 2000 ejemplares, envíamos revistas a muchos sitios, Madrid, a Zerok etc…, ellos las vendían y nos enviaban el dinero.

Taran, Biz, Cisco, Pie, Zeus, Mookie, Riera Sant Just 1993

La conexión con Jordi

A partir del número 4 nos dimos cuenta de que teníamos que sacar alguna página en color, y empezamos a buscar empresas que pudieran poner publicidad, y marcas grandes. Entre ellas, alguna marca de ropa y Felton. 

Para explicarlo rápido… cuando robábamos pintura, nos llevábamos lo que fuese. Pero por trabajo, yo no podía hacer un curro con pintura robada, tenía que elegir los colores y podía comprar pintura en varios sitios. Uno de ellos era Unicor, cuando comprábamos, pillamos Felton, porque se enrollaban y nos hacían descuento al comprar 10 botes. Corrimos la voz para que la gente no robase allí y de alguna forma, Felton se acabó convirtiendo en la marca de graffiti. 

Moockie la empezó a vender en Mayolas, y en su episodio podéis escuchar cómo fue todo, pero la cosa es que Jordi accedió a pagar publicidad en la revista. Yo era el que manejaba la contabilidad y vi que con esa publicidad podíamos hacer color. 

En la terraza del piso que compartíamos Musa y yo, pintamos la publicidad y de las 8 páginas a color de la revista que hicimos con las 30 mil pesetas de Felton, media se la dedicamos a su anuncio. De esa colaboración, le contamos a Jordi que teníamos un sueño. Habíamos estado en varias tiendas de hip hop y todas molaban pero a todas les faltaba algo: sprays. 

Jordi nos dijo que le presentásemos el proyecto y de ahí nace Montana. Esa historia la podéis escuchar en el episodio de Jordi Rubio. 

Game Over Mag por Moockie y Kapi, Sant Feliu Ll. 1992.

Bomb the Planet

Todo empieza con Zerok y sus viajes, donde conoce gente y decide crear el grupo con un grupo de chicos italianos y un par de españoles. BTP es un colectivo internacional. Hacíamos grandes murales, bastantes currados, uno en Sant Just, otro en el parquecito de Gracia… no sólo hacíamos trenes.

Zerok, riera de Sant Just, 1994

Trenes

Durante todo este tiempo mi actividad ilegal nunca paró, de hecho con la revista nos motivamos más. En el 92 empezamos a hacer piezas en los trenes de Renfe con gente como Lexy, Tzack, Musa y más gente. Eso no estaba muy bien visto aún y era poco común, aunque se veían circular algunos de los modelos azules pintados por gente de Sant Andrés.  Todavía no tenía el bombo que tuvo después, cuando los grupos más cañeros se metieron a pintarlos, cómo BTS, Zent,  Sire que se empezaron a motivar. En el 93 también empezamos a ver trenes pintados desde Girona. Vamos, que las cosas se estaban activando.

Vimos que en otras ciudades europeas también se pintaban otro tipo de trenes y no solo el metro y eso nos acabó de decidir.

Spidi, 1992

Pero nosotros íbamos como si fuéramos a pintar un muro, con escaleras, para tirarnos horas, íbamos mucha peña, la liamos un poco. En el 92 nos hicimos un par de end to end bajo ventana con muñecos y vi que se puede canalizar toda esa energía que le poníamos al metro a los vagones de cercanías. El metro era mucho más peligroso o complejo, y había que dedicarle mucho más tiempo para hacer lo mismo. 

En la renfe, tenías casi la misma sensación y era bastante más sencillo pintar. Hay que recordar que prácticamente nadie tenía coche y la única pega era el desplazamiento. 

Moockie, Kapi, Krash

En abril-mayo del 93  Jordi nos ayuda económicamente a abrir la tienda. En ese momento ya estábamos dándole a los trenes. El Game Over ya era a color y habíamos montado una buena red de exportación e importación de revistas. Nosotros fabricamos 3000 copias, 1500 se iban para afuera y esas 1.500 se transformaban en 1500 revistas de otras ciudades. De alguna manera abrimos la tienda teniendo fanzines de trenes de toda Europa… como por ejemplo el Underground Production. 

La tienda  se convirtió en el sitio de reunión de los escritores. El viernes la peña se sentaba en la panadería que había en la esquina opuesta a esperar que viniera el pedido de pintura. Mientras esperaban se iban organizando las misiones del fin de semana.

Eso también conlleva que empezara a venir policía encubierta, señores/chicos que querían solo fanzines de trenes. Incluso nos llegaron un par de chivatazos: los mossos d’esquadra habían recabado información sobre nosotros y nuestros amigos. Es decir lo tenían clarísimo, datos y fotos. Tenían un departamento dedicado al graffiti pero en esa época no había leyes específicas en ese tema. 

Allá por el 95, hicimos el traslado de la tienda de Gracia a Plaza Universidad y pasamos a llamarnos Bunker Store. Ahí sí que empezamos a sentir la presión “de las autoridades”. Así que decidimos retirarnos de los trenes, porque entre la revista y la tienda nos sentíamos vulnerables y visibles. Nos jugábamos demasiado.  Aún así, nos retiramos con la bandera bien alta. Habíamos hecho window down, whole cars, y el primer wholetrain del país. En total yo me hice unos 70-80 trenes, que ahora no es nada, pero entonces era una suma decente. 

Wholetrain

Bueno, fuimos a final de línea, donde pensamos que podríamos pintar bien. Sin embargo, al llegar, el tren que queríamos pintar estaba muy cerca de la habitación de seguridad de la estación. Eso nos complicaba un poco las cosas, pero encima, había otro grupo de 3 personas que estaban en la misma cochera y que querían pintar, obviamente en la parte del tren que no estaba de cara a la estación.Charlamos con los del otro grupo que ya conocíamos y tras negociar, empezaron a pintar por el lado de la estación un poco más tarde para darnos tiempo a avanzar. Aún así, en la parte oscura literalmente podías ver la cara del seguridad. Íbamos 10 personas, y sólo teníamos 3 escaleras. Imaginad… Nos dividimos en los vagones. En un vagón marcaba Moockie, en otro Krash y en otro yo. Krash se encargó de marcar los nombres de Done,  Dama y el suyo. Moockie se encargó de su nombre más el de Ataka, y Busk . Yo me encargué de mi nombre, el de Koa, el de Daik y el de Maria. Bueno, pese a las dificultades, no pasó nada justo casi al final. 

Oímos que Nozam hablaba con el de la estación, pidiéndole que les dejará acabar. Nosotros ya estábamos casi acabando, así, que sólo nos quedamos los 3 en las escaleras pintando y el resto empezó a recoger y salir en dirección a los coches. 

No llegaron más que tres, el resto tuvo que salir corriendo por las vías, con los trastos al principio, y luego más ligeros. Linternas, gritos… Tuvimos que correr varios kilómetros, más de dos estaciones para librarnos definitivamente.Bueno, tras una noche larguísima, nos salvamos. Luego el tren estuvo parado en Sant Andreu mucho tiempo, y mucha gente fue a hacerle fotos y verlo en directo

Pueblo Espanyol: curiosidades

A la tienda cada vez venía más gente, especialmente chavales de 11 -12 años que empezaban a pintar, eran muy jóvenes y algunos venían con sus padres. Uno de esos padres era muy enrollado. Era un señor que tenía una agencia de publicidad, y manejaba presupuestos grandes. En una de esas nos pidió que le pintásemos algo y con el tiempo, Moockie se hizo bastante colega del señor. Ese tipo quería montarle a su hijo una fiesta sorpresa de graffiti por su cumpleaños. De ahí, la idea se acabó convirtiendo en el festival internacional. Ese hombre financió el jam, no directamente pero sí consiguiendo sponsors. Nosotros nos encargamos de la producción artística. No pagábamos más que los gastos de hotel y viaje para los guiris, los de casa tenían la pintura. En principio había 50 paneles de madera para 100 escritores, pero Juan (el organizador) se equivocó y trajo 100 paneles, así que mucha más gente pudo pintar. 

Cómo curiosidad, actúo bastante gente, nosotros RS232,  Mucho Muchacho, Jota Mayúscula pinchó… pero todo esto quedaba en segundo plano. Lo importante era el graffiti. Hicimos grandes amigos y contactos en esa jam, que luego se tradujeron en viajes y otras aventuras.

Creo que esta jam y el Qué punto de fiesta marcaron un antes y un después para mucha gente. 

Kapi y Moockie, Alicante, Qué Punto de fiesta, 1994

Viajes

Luego vinieron los viajes a los jams. Estuvimos en Frankfurt, porque con la tienda teníamos acceso a material pero queríamos más. A raíz de una revista nos llegaron los flyers de una jam en Frankfurt , que se llamaba algo en plan Spring Jam, al que venía gente de Nueva York y también tocaban algunos grupos europeos. Hicimos un viaje muy de tirados, porque en aquella época los billetes de avión eran carísimos. Zerok nos compró las entradas anticipadas y organizó más o menos todo. Cuando llegamos a la fiesta, pensábamos que íbamos a flipar con el graffiti, contactar con gente que vendiese material. Esas eran nuestras expectativas y ya que estábamos dentro, pues íbamos a ver algún DJ pinchado, etc..  pero fue totalmente distinto. 

Nada más entrar, lo primero que nos rompió la cabeza es que estaba sonando música electro y eso fue un shock, porque eso no sonaba ya en Barcelona. En las fiestas de break, el electro estaba prohibido. Nosotros lo escuchábamos pero era una cosa muy de nicho y de fuera del hip hop. A Moockie le molaba, y a mí también incluso lo empezamos a  producir. 

Allí sonaban clásicos que hacía 10 años que no escuchaba en altavoces. Me fui corriendo para la sala y era una un anfiteatro donde el nivel de la calle era el tercer piso. Al llegar,  te asomabas a los escenarios, y allí había un DJ  y un montón de “corros” de peña bailando. La segunda hostia, fue que al mirar lo que estaban bailando, no entendía los movimientos. No era capaz  de saber con qué estaban girando.  Lo de graffiti fue potente, pero esto fue imponente. 

Al día siguiente, en una de esas, bajando unas escaleras, nos empieza a hablar Gonzalo “ Kane”. Era un dios del estilo, un poco más mayor que nosotros,  y allí estaban también Cantwo, Zebster… Kane nos invitó a su casa y flipamos con todo. Fue todo divertido, porque dormíamos 4 en una tienda de campaña unipersonal, en un parque en la calle. Una gran experiencia.

SPD, Urquinaona (estación de metro)1993

A raíz de ahí, vino el viaje de Dortmund. Kami  quería viajar también y ver a sus amigos Storm y Switf y decidimos montar un autobús que vendría medio lleno desde Madrid, nos recogería en Barcelona y de ahí al jam de Dortmund. La experiencia fue también muy interesante, conocimos a Storm, y Scottie. El autobús estaba lleno de gente muy potente, y entre ellos viajaban Yoyo y Bricky, dos de los breakers que habían seguido bailando durante todos estos años. Fue una experiencia muy interesante, conocimos a Mark de los Tuff to Kill, que después se vino a vivir a Barcelona y fue unos de los causantes de que se crearan los Adictos.

En ese viaje Kami me dio unas 100 fotos de su estancia en Nueva York en los 80, un material muy valioso, que sirvió para varios números del fanzine. Estos viajes para el graffiti fueron importantes, pero para el break fueron detonantes para relanzar la escena y llevarla al siguiente nivel. 

Dortmund era una de las ciudades con más trenes pintados  de Alemania, y verlos circular sin parar, hizo que volviéramos a casa calentitos y nos centramos en Renfe.

En cuanto al break, aún tardó un tiempo en crear Adictos, pero con los videos, e info volvimos y nos pusimos a bailar,  un montón de gente que venían del graffiti se apuntó. Esto y que viniera a vivir Mark hizo que nos activásemos y que subiera el nivel más rápido. Tanto que en una de estas, y con el Battle of the Year en su apogeo, Alexis decidió que teníamos que ir a participar. 

Spidicho, 1993

Bunker, Meeting Point

A la tienda venía todo el mundo a traer su material, revista, mixtapes, discos… era el lugar de encuentro. Desde CPV, a Promoe de Looptroop. Era el pan de cada día. 

Lamentablemente, llegó un momento en el que por presiones y problemas tuvimos que dejar de vender pintura. Era una cuestión de normativa. Era dejar de vender pintura o cerrar la tienda. Entonces, tuvimos que potenciar la venta de discos y libros y fanzines. Con el tiempo, nos separamos y yo me quedé con la revista y Moockie con la tienda. 

Downrocks

Para encargarme de la revista, alquilé un pequeño despacho. El primer Downrocks se hizo con todo lo que Moockie había maquetado para la siguiente Game Over. Yo lo aproveché y añadí alguna página más y le di mi rollo. 

Al final sólo salieron dos números, el 2º salió en 2001 y lo considero mi obra maestra. En ese momento, hablando con Jordi Rubio, me puse a trabajar con Montana de nuevo y dejé de hacer la revista. 

Spidy, 1993.

¿De quién te gustaría conocer la historia?

De Metro, de Girona.


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