Posk, contra viento y marea. El graffiti nos hace más fuertes

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Bienvenidos a un nuevo episodio de Breaking The Rules. Viajamos hasta Móstoles, probamos con un falso inicio donde contamos con la presencia de Spat, Idea, Soda, Wes y Zeta y entrevistamos a un grande de la escena: POSK.

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Orígenes

Yo me crié en Móstoles, y justo debajo de mi casa había un spot,  al que llamábamos «el escondite». Era un callejón que había entre un colegio y un centro médico, un espacio que nadie quería. Allí vi por primera vez graffiti con estilo de gente como Seta y Spat, generaciones un poco más mayores que la mía. A ellos el graffiti les llegó por otro lado, pero yo lo conocí ahí,  vivía en ese pequeño ghetto.
En Móstoles han habido varios ghettos y la gente venía de todos lados a fotografiarlos. Era súper bonito, veía a los mayores pintar y aprendía de lo que hacían. Luego se complicaron las cosas, entró la droga y muchos lidiaron con sus consecuencias, muchos de ellos ya no están con nosotros. Cambió todo, pero, aún así, para mí, los principios fueron muy bonitos.

El escondite

Los mayores en general te ignoraban, pero yo me quedaba para aprender y ver qué se dejaban, como boquillas, latas e incluso bocetos.

Primera pieza


Mi primera pieza, si la podemos llamar así, la hice con sprays de laca para el pelo. Aún no tenía ni siquiera el nombre de graffiti. Yo veía pintar a los mayores, y quería hacer lo mismo pero carecía de los recursos. 

Era en Navidad y había un montón de movidas navideñas. En aquella época no había badulaques o mercados grandes, pero había un pequeño sitio que se llamaba Medina, al lado de mi casa, dónde vendían cosas de fiesta. Me agencié unos pequeños botecitos, unas pequeñas latas de laca para el pelo de colores fluorescentes.

En mi primera pieza puse “EH!”. Es una putada porque no tengo fotos de esto, ya entraré en detalles, pero mi padre me quemó un álbum con mis primeras 30 o 40 cosas. No tengo fotos ni negativos de todo eso. 

Esa primera pieza la pinté cuando tenía entre 10 y 12 años, cuando hacía mis primeros tags sobre el 86-87, porque en el cole tenía un amigo que ahora es policía -que pintaba Rark.

Yo pongo los inicios de mi historia en el graffiti a partir de cuando empiezo a hacerlos con estilo, en el 89-90. Rark pintaba porque su hermano pintaba rollo herencia familiar. Íbamos a clase juntos y nos sentábamos al fondo, dibujando en clase de mates… Era muy gracioso porque salíamos a patinar juntos en aquella época y «cogíamos prestado» algún Novelty y salíamos a hacer firmas. Ahí empecé a poner Posk.

El origen de Posk

El origen del nombre se lo debo a Spat, uno de los componentes de Wild Style Boys, y el más veterano junto con Sentwo. Él me enseñaba a darle vuelta a las letras en los bocetos y me hacía mirarlos a contraluz,  en la ventana, para sacar letras nuevas de las que ya había hecho…

En mi barrio había un chico que ponía Spok. A mí me gustan estas letras pero no sabía cómo combinarlas para hacerlas funcionar. Spat me dijo: “coge 4 letras que te gusten y les vas dando la vuelta y cambiando de orden hasta que encuentres el que te gusta”. Para mi la S es una de las letras más bonitas que hay en el abecedario.  Soy muy de letras y me gusta mucho la P y la O son de mis favoritas, y la K era la letra extraña, la que no encajaba en ningún lado y la puse al final. Mi nombre Posk no es fácil de pronunciar ni de escribir pero pensé en intentar hacer algo bonito con algo feo. En aquellas no teníamos mucho idioma así que para la gente yo era el Poski.

Lo curioso es que en Brasil- país que he estado visitando a menudo durante casi dos décadas- todo el mundo me llama Poski porque es como se pronuncia la K allí. Eso me trajo recuerdos del barrio otra vez.

Zonas de Graffiti en Móstoles


Había varias. Al principio nos quedamos en la nuestra. En esa época siempre había alguien que sabía quién y dónde estaban pintando y nos llamaba a todos los demás. 

Había una red de comunicación muy íntima, por decirlo de alguna manera, porque no pintaba mucha gente, y muy efectiva. Nos tirábamos horas y horas viendo lo que hacían los mayores, sus trucos, sus skills… todo. Ahí es donde yo aprendí de todos, por ejemplo de Speek, al que echo mucho de menos.

Antes la distancia entre Móstoles y Alcorcón la recorríamos a pie para ir a ver a gente pintar. Había un lugar, con un par de puentes, en la frontera entre Móstoles y Alcorcón. Son unos puentes chiquititos, muy bonitos y la gente que pasa por ahí es muy agradable y nos conocen de toda la vida. Es una zona que siempre hemos limpiado y conservado. Caminábamos hasta Alcorcón y los de Alcorcón caminaban para venir a Móstoles. Íbamos a ver pintar a la gente o hacer fotos. No todo el mundo podía hacer fotos, pero los que trabajamos desde pequeños podíamos comprar alguna cámara y revelar los carretes con el dinero de las propinas. Yo trabajaba de mecánico ayudando a mi padre en el taller.

Relaciones con Alcorcón

Teníamos relación, pero casi todos los que pintaban eran mayores que nosotros. Íbamos a ver pintar a Jes, o Sems, pero en general no nos hacían caso, porque nos reunimos unos 20 niños para mirarles. Eso sí, la energía era  brutal.

Las otras generaciones se movían por otro lado, por ejemplo iban a Madrid centro, a Nuevos Ministerios, o Ascao. Para nosotros era mucho más difícil llegar hasta allí.

Donde sí conocí a mucha gente fue en Campamento y en Aluche, que era el sitio más cercano hasta llegar al centro desde Móstoles o Alcorcón, pero en ese momento yo también estaba liado con el skate y patinaba mucho. Me movía con mi mochilita de latas, pero iba a patinar.

BOMBING

Antes de hacer piezas con estilo, empezamos con los tags y el bombing y fue un completo desfase. Había que dejarse ver por todos lados. Cuando iba al instituto, en mis primeros años -hice un curso, lo repetí y al siguiente me fui a trabajar-lo que hacía por las mañanas era ir con mi mejor amigo a correr. Salíamos a las 6 de la mañana para estar a las 8 en clase. Yo empezaba a bombardear todos los kioscos de helados que había- antes no eran fijos y se ponían solo en la época de primavera-verano-. Eran los spots más guapos porque eran los que veía todo el mundo desde el autobús y por la calle. 

Cuando empecé no pintaban muchos de mis amigos, pero me veían pintar y fue algo contagioso.

MATERIALES GRÁFICOS

Tarde mucho en tener ese material, incluso en verlo. Teníamos un amigo, que firmaba Aster y era un adelantado. Su padre era guardia civil, y a la vez era dibujante para la empresa americana Walt Disney. Muchas veces después de comer y mientras esperábamos a los que bajaban más tarde, me iba a su casa. 

Tenían un poder adquisitivo más alto. Tenían un video VHS o Beta y veían la MTV. A raíz de eso pudimos ver un montón de cosas tanto de música como de graffiti. Te puedo asegurar que muy pocos teníamos la suerte de disfrutar de eso en mi barrio, porque es un barrio de clase obrera.

Yo me sentía muy bien acogido por ellos, me trataron muy bien. A pesar de que ya no pinta sigo teniendo una buena relación con él.

ESTILO

Yo siempre he dibujado. Empecé calcando láminas de Emilio Freixas. Hubo una época que estuve ingresado en el hospital  y me conocían porque les hacía dibujos a todos. No me los inventaba, muchas veces calcaba. Esa era la época en la que no tenía muchos recursos, la época de los cómics de Mortadelo y Filemón, y Superlópez – el gran Ibáñez-.

Lo de Disney no me lo podía llevar a mi casa solo lo veía, pero era secreto y yo intentaba memorizar todo lo que podía. Era muy guay, porque una cosa me llevó a la otra. Al final yo creo que la transmisión del legado forma parte de eso: pasar la info que hemos mamado y aprendido.

Familia, cambio de nombre y sequía de graffiti en Móstoles

Aquí,  hubo una época- como en otras ciudades de España-, en la que no pintaba nadie. Y cuando digo nadie es nadie. Yo me iba a comprar pintura a la tienda de Dark en Alcorcón y acababa pintando con él. Eso fue en el 92- 93 justo después de las Olimpiadas del 92, antes de irme a la mili en el 95.


En esa época tuve que cambiarme el nombre, porque mi padre encontró mi primer álbum de fotos y lo quemó junto a los negativos. Fue horrible, lo quemó delante de mi hermana, que tenía 4 años en ese momento. Eso me hizo mover el culo y pintar más. Cambié de nombre y puse SHEN.

En aquel momento era cuando Sems empezó a escribir ese nombre y se ralló un poco conmigo porque mi nombre se parecía demasiado al suyo. Esto lo hemos hablado después y todo bien, pero de hecho algunas veces fui a pintar con él y tenía que poner mi apellido Pérez para que no hubiera mal rollo. Pero bueno, eso también estuvo guay porque Dark y Sems eran los dos únicos escritores con los que podía pintar y eso me llevó a otro nivel. 

En Móstoles el graffiti era prácticamente inexistente. No había casi nada. Mucha de nuestra peña se enganchó a la fiesta y algunos ya no están entre nosotros por ese motivo.

No podía tener pintura en casa así que cogía mi bici y,la llevaba en mi transportín y después de pintar, me tenía que ir a Coimbra, que estaba en la otra punta del barrio y dejarla en casa de otro amigo que pintaba Sork -ahora él trabaja en la policía científica-. Esa familia era la que me entendía y se ofrecían a guardarme la pintura. Mi madre también me ayudaba escondiendo algún bote, pero era una situación muy complicada, que creo que me animó a seguir con más fuerza. 

Durante esos años Móstoles solo firmaba Shem, porque mi padre me seguía con el coche. Tuve que usar mis trucos de magia para escaquearme o coger rutas diferentes para volver a mi casa.

MÓSTOLES Y LAS PIEZAS TACHADAS

Yo creo que eso empezó en el 92-93. Nunca se ha sabido oficialmente quién o quiénes lo hicieron, pero si tenemos una idea. Creemos que el motivo fue la envidia de ver que otros seguían haciéndolo y ellos ya no tenían la energía o las ganas para hacerlo. Encima no ponían su nombre, tachaban murales solo porque eran nuevos y no los habían hecho ellos. Fue una época de odio brutal, pero también nos hizo pintar con más ganas. Claro que también había que invertir tiempo, había que invertir pasta o recursos tipo B. Esa competición que ha habido siempre es bonita.

¿Calidad o cantidad? Yo siempre he sido partidario de los dos pero a raíz de esto viene una época de decadencia brutal. No solo en Móstoles sino en Madrid y alrededores. Era la época cuando la peña quería escribir mucho, primaba la cantidad, pero no dibujaban y no había estilo. No investigaban de dónde venía ese graffiti.

PURISMO

Soy purista, pero me gusta conservar lo de antes y aportar cosas de ahora, trucos nuevos, aunque me impregne mucho de lo de antes. De hecho, después de la pandemia cambié un poco mi nombre. Empecé poniendo Fresco, le di otra vuelta a las letras y puse Fresh. Durante el confinamiento me dio más tiempo a mirar libros, investigar películas, fotos antiguas.. Me di cuenta de que quería rescatar un poco el estilo europeo de los 90’s, lo que hacía Lokiss y peña así. Pensé que si tenía todo eso en mi cabeza podía hacer un remake.

GRAFFITI SOBRE RUEDAS

Para mí es importante. La adrenalina que sientes, buscar la manera de hacerlo bien, sin que nadie te vea y salir de ahí como ladrón de guante blanco. La aventura de tener que prepararlo todo, de conseguirlo sin hacer daño a nadie y que todos saliéramos ilesos dela misión era brutal. Esa era para mí la energía más guapa.

Mi primer viaje en autobús fuera de Madrid lo hice con 15 años y fuimos a pintar a una jam en Zaragoza. Conocí a Seve y a Pablo (Zeta) allí. Zippo, nos invitó a ir aunque no recuerdo cómo y teníamos que llevarnos nuestra pintura. Me fui con una mochila de acampada llena de Spray Colors y Novelty. Fue una aventura muy guapa, porque salimos de mi casa Idea y yo para ir en autobús.

Idea es mi hermano de aventuras. Mi primer tren lo pinté con él. Ese día al salir de casa, mientras Idea me esperaba en «el escondite», mi padre me vio con la mochila- alguna vez habíamos ido de acampada por ahí, pero cerca de Madrid- y le dije la verdad. Me dijo que si salía por esa puerta no podía volver a entrar. Decidí salir por esa puerta.

Conseguí volver, pero me costó meses y la ayuda de mi madre que siempre me ha apoyado. 

La experiencia fue brutal, tuvimos la suerte de que nos dejaran dormir en un trastero y estuve pintando al lado del Sunsak y Zeta se estaba haciendo su primeras muñequitas, esas chulas con moñitos y eso para mí fue revelador, porque esa decisión lo cambió todo. 

Los 90’s fueron de los mejores años de mi vida. Fueron los años que más vagones pinté, incluso estando en el servicio militar. Me llevaron a Cáceres a hacer la instrucción, pero como me acababa de sacar el carnet y vieron que era mecánico de oficio me enviaron a Campamento. Acabé pintando graffiti en un cuartel. Todavía tengo que tener alguna foto de lo que pinté pero lo importante es que no sabían que llegaba de Guadalajara, de haber pasado toda la noche con Idea pintando piezas, volviendo en el mismo vagón, en la misma ventana donde habíamos pintado las piezas y con la pintura bajo el asiento.

Cuando estaba en la mili, tenía una novia, ella era de Torrevieja.Yo tenía mi primer cochecito con el que iba y venía todos los fines de semana y aprovechaba para pintar en el camino. Y así me pinté el Trenet, un trenecito amarillo que recorría la costa, que ya no existe.

1997

PRIMER TREN

Fue el mejor de todo y fue con Idea, no se me va a olvidar en la vida. Fue uno de los pequeños «espejos» que empezaban a circular. Yo acababa de salir del instituto, así que debía de tener 15 años. Estaba currando y con las propinas compramos algunos Spray Color para tener de borde y un oro y un plata de Dupli que nos agenciamos por ahí también. Idea bordeó en azul y yo bordeé en marrón. Lo pintamos en Móstoles-El Soto por la tarde y después de pintar nos fuimos a los recreativos. Idea acabó azul hasta las cejas, la camiseta, los calzoncillos. Hemos pintado más veces en esa cochera, hasta que se convirtió en un zona caliente.

No llegamos bien al panel porque ninguno de los dos es muy alto y la cochera hace un poco de cuesta así que nos hicimos un pequeño panel. Yo me pinté un She (ponía Shem en esa época) y él un Dea. Nadie nos vigilaba, íbamos a cara perro. No era difícil entrar en la cochera, había una valla, que levantamos fácilmente . Las misiones eran súper guays.

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Ahora es muy distinto, el despliegue que hay que hacer para pintar es brutal. Por ejemplo pinté en Nueva York hace poco y  el despliegue que había era maravilloso. Equipos organizados como bien contaba Peps, muchas veces nos dedicamos al «hoy no pinto y sólo te voy a vigilar». Sacrificado pero muy bonito.

GRUPOS

Empiezo por los que he estado pero ya no estoy.
567: Con Sort e Idea. El nombre no recuerdo de dónde venía pero puede que como estaban los 156, pensáramos que había que tener números. Estuvimos varios años.

CRS (Crazy Road Style): con mis hermanos de Barcelona.

-The Ink Victims, amigos del tattoo que no me apetece nombrar. El grupo estuvo activo después de que acabara la mili, cuando tuve una tienda que se llamaba Beat Street. Una tienda con cosas de skate, snow y tattoo pero sobre todo de graffiti. Empezamos a comprar pintura a Montana que era cuando empezaba a estar fuerte. En tres años nos comimos los beneficios de la tienda, porque mi hermano pintaba todos los días y tuve que pagar la deuda a posteriori. Fue la época en la que más trenes pinté y más gente conocí de toda España porque venían a nuestra tienda a por pintura y al final acababa pintando con ellos.

SG: En esa época en la que no se pintaba en Móstoles hice muy buena amistad con gente de Carabanchel con Isra, Gorka, Adiós, SheismScotex Gang. Otro nombre era Street Gods. Éramos muchos y querían hacer muralismo y todos querían hacer los mismos colores del fondo y esas cosas… era imposible. Era inviable y muy bonito a la vez. Yo siempre he sido muy egoísta en ese aspecto y he ido a pintar solo muchas veces, de hecho a veces sigo haciéndolo porque me reencuentro conmigo mismo y me mola más. 

INCREDIBLE BOMBING MASTERS: Luego ya empecé a viajar a USA y Brasil, y gracias a un Zear me metieron en el grupo, pero me pasó lo mismo. Yo era  el más joven del grupo, la diferencia con los otros era notable y bueno al final no hubo esa conexión. Si que nos llevamos de puta madre e hicimos unos cuántos muros en Sao Paulo, pero no me nació seguir poniendo el nombre porque creía que era demasiada responsabilidad y que nadie me hacía caso dentro de ese grupo.

WILD STYLE BOYS: He pintado mucho solo, es triste decir esto, pero es verdad. Dejé de estar en grupos porque me di cuenta de que mucha gente que estaba en las crews no eran mis amigos y por eso al final hice mi propio grupo. Es súper bonito tanto el significado como la ética y todo lo que compartimos. El grupo lo monté en el momento en el que iba a nacer mi hija, en el 2016. Por entonces no tenía mucha gente con quien pintar, pero no paraba. Propuse hacer un grupo de amigos, un grupo de graffiti de veteranos, que igual podemos ir a pintar graffiti, que podemos ir un día a ir a tu casa a hacer boceto o que podemos ir a tomar unas raciones. Pertenecemos a ese grupo de 10 personas. Es un grupo cerrado porque no queremos ni más ni menos amigos. Primero lo fundamos Sheism y yo. Rise (Parla), Idea (mi hermanito), Spat (mi mentor), Soda, Over, de Madrid, que además de un buen amigo, es buen tatuador, Noke (Valencia), Peps (el hombre en la sombra),  y como miembro honorífico tenemos a Sentwo en Nueva York. Sentwo me ayudó mucho, y me presentó a gente  que respeto mucho, como Skeme, Tracy (tengo un original suyo que me regaló Sentwo). Yo nunca pinté otra cosa que muros en Nueva York hasta hace un par de años, pero porque yo iba a hacer los deberes, es decir a tatuar.

No tengo más grupos, han querido integrarme en algunos grupos de aquí pero no..  y de lo único que me arrepiento un poco es de haberle dicho que no a Speek y no formar parte de TCK. Ah sí, tuvimos un pequeño grupo, Mast, Blize y yo. Mast nos hizo llamar algo así cómo “los incredible rockets” pero fue tan corto, que no logro recordar el nombre.

Beat Street, la tienda


Al volver de la mili y cansado de trabajar con mi padre, decidí emprender algo que me gustara. Hablé con mi hermano y le pareció bien. Él escribía Kien y antes ponía Who. Con mi hermano hemos hecho misiones por toda la península, lo reventamos. Yo era el único que tenía carnet y en los 90’ pintábamos día sí y día también. Yo aún vivía en casa y a mi madre le informamos de todo.

Además no habían otras tiendas en el sur de Madrid y algo más me voy a aventurar, creo que en aquella época Tribu Urbana no estaba empezando aún. Ni siquiera Gallardo había abierto aún en Alcorcón. 

La tienda estuvo abierta desde el 96 hasta el 99 y la cerramos porque era insostenible. Mi querido hermano se comía la pintura… yo empecé a tatuar en la tienda, en un cuartucho que había al fondo.

Empecé a tatuar porque mi hermano e Idea se hicieron unos tatuajes y una gran amiga mía gaditana, Tania, me animó a probarlo y de esa manera, la tienda se volvió un poco más sostenible.

La tienda tenía un sótano que era un búnker y lo llamábamos «el zulo». El local me lo alquilaba el comisario de policía nacional que vive en Móstoles, el pibe era el dueño de la papelería de al lado donde trabajaba su mujer y veía todo lo que pasaba.

Todo en la tienda era legal, yo soy autónomo desde los 19 años y acabo de cumplir 48. Eso es lo que cuesta, hacer las cosas legalmente. Por eso me mola más la ilegalidad del graffiti, ese lado canalla.

Cuando la cerré me puse a trabajar en Madrid, y con el apoyo de mi madre conseguí hacer unos ahorros y en el año 2000, creé mi propio estudio, Buena Tinta que ahora cumple 24 años en agosto.  

Viajes

Cuando tenía 21 hice el primer salto a Estados Unidos. Acababa de abrir el estudio en 2000 y viajé para cubrir a un amigo de Barcelona en un estudio en el Bronx que curiosamente estaba enfrente de Tattoo Seen. El estudio al que yo iba se llama Asylum pertenece a un chico de familia italiana, igual que Seen, así que digamos era la competencia.  

Yo quería conocer a Seen y llevarle mi blackbook, y me dijeron que sobre todo no le dijera que trabajaba en Asylum.


Indagando, me enteré de que él iba a pintar al estudio por la noche, así que una noche le esperé, llegó y le conté sobre mí (excepto lo de Asylum). Me preguntó si tenía hambre y comimos unas pizzas en su estudio (que estaba al lado del de tattoo). Comimos pizza, me petó el blackbook de pompas y tags, y vi las esculturas de «S» que hacía en ese momento.  Además era por la noche y nos dieron las 4 de la mañana. Yo además dormía en el estudio donde curraba.

Ese año pinté con Ces, en el Bronx, estaban pintando Ovi, Ghost, Cope, Jake (Usa) y Shame. Llegué el último y terminé el primero. Me hice un Posk con un ojito en la o que le gustó mucho a Ces.

La conexión con Brasil fue por lo mismo, por el tatuaje. El amigo al que sustituí, me ofreció la posibilidad de ir, me invitaron a una convención y a partir de ahí un vínculo con Brasil brutal, sobre todo con Sao Paulo que es una de las ciudades más enérgicas en la que yo he estado en mi vida junto a Tokio y Nueva York. Sao Paulo es el día a día,  las diferentes calidades, diferentes tipos de vida, la forma en la que viven el graffiti. La pixaçao del principio que hacían con papeles de periódico, mojándolo en el suelo, en el barro y así pintaban. Una locura. Después de eso,entendí por qué ese graffiti es así. Flipé en las favelas, por la energía que tienen y eso me lo quedo para siempre.

Allí también hay mucha influencia de Los Ángeles, venían de un rollo como medio chicano, que en aquella época también me molaba mucho y a partir de ahí establecí una relación.Viajaba tres o cuatro veces al año durante más de una década y media, casi dos. 

En Brasil conocí a los amigos que me invitaron a Japón. Curiosamente, la ciudad de Sao Paulo fue creada a partir del barrio de Libertade, fundado por japoneses. Japón no es un sitio fácil para pintar, pero cuando vas solo es más sencillo, no implicas a nadie. He hecho mis bombings, mis movidas… aún sabiendo a lo que me arriesgaba. Tuve la oportunidad de pintar varios spots legales en los barrios de mis amigos japoneses.

Problemas

Siempre, en todos lados, porque el graffiti tiene eso, pero lo único bueno es que nunca me han pillado. Nunca digas nunca jamás,  pero siempre he intentado hacer las cosas bien, no hacer daño a nadie y la verdad que hasta ahora a pesar de haber tenido marrones heavies, me he librado bien.  De hecho el año pasado tuve uno muy gordo en Zaragoza y todo ok.  Yo dejé de pintar vagones en Madrid a finales de los 90, porque lo de los palancazos no iba conmigo. En Barcelona he hecho bastantes cosas con Peps y sus chicos. 

Uno que ha prescrito pasó donde me pinté el primer tren con Idea. Fue con Idea y con Speek, corriendo por el tejado de uralita, uno se cayó borracho. Fue divertido.

En Nueva York fuimos a 5 spots y pintamos en el último, un puente alto, donde hay que echarle huevos. Pintamos 12 minutos y yo fui el que más tarde. Cuando salimos, que también era otra aventura, justo antes de salir, llegaba un tren, yo iba con dos buenos amigos míos brasileños que me dejaron elegir todo. A esos chicos, los agarré como si nos fuera la vida en ello, porque el tren de la mañana pasaba muy cerca. Al día siguiente, una componente del grupo vino con fotos, y video de dron. Ella no había ido a pintar para poder grabarnos. Me dieron una alegría enorme. A los dos días volví a Madrid y me enteré de que habían fallecido dos escritores franceses, en esa cochera, en esa curva.  Rompí a llorar por ellos y porque podríamos haber sido nosotros. 

Ahí dije «he cerrado un círculo» y de hecho he tenido oportunidades con otros amigos, pero no quiero comprometer a nadie. Máximo respeto a toda la peña que hace esto. No se valora en general los pros y los contras, los daños físicos, emocionales, mentales, económicos. 

REFERENTES

Creo que lo tengo claro, Zeta es uno de ellos. Tú eres otra, porque además de ser mujer has hecho cosas, has hecho estilo y has hecho movidas que ninguno de los otros se atreve a hacer. Fasim, al que ¡tengo mucho cariño porque lo hace fácil y le quiero mucho también. Roism, que tiene calidad humana y estilo. 

¿De quién te gustaría escuchar la historia?

Idea.




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