PEPS, todos a bordo: Barcelona, Madrid, Heidelberg, Caracas y NYC. El coche de Prosegur

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Estamos de vuelta con la segunda parte del episodio de este escritor de Vallés. Trenes, metros y otras aventuras.

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Metros

Soy una persona muy nerviosa, y lo de pintar metros no es para mí. La inversión de tiempo y los resultados no me compensan en general, pero aún así he pintado el metro de Barcelona y el de Caracas.

El metro de Barcelona lo había intentado pintar unas 13 veces pero nunca había funcionado. Hasta un día en una época en la que vivía en Barcelona. Tate y yo vivíamos muy cerca el uno del otro y solíamos vernos a menudo. Un día, recién levantado, le llamo para ir a fumar un cigarrillo. Pero resulta que estaba en la otra punta de la ciudad, a punto de entrar a metro. Le pedí que me esperasen, porque tenía que ir desde L’Hospitalet a La Pau. Estaban Zoer, Afiler, Tate y otro chico. Entré, pinté y salí. Tan sencillo como eso.
Normalmente hay que esperar tanto, a oscuras, encerrados, que para mí es demasiado. Me pongo nervioso.

Caracas

Cuando fui a Caracas, estuve con los CMS. En ese momento ellos no eran tan conocidos y aún no habían salido del país. Fui a casa de Rose, gracias a una mujer que vendía pintura y que nos puso en contacto. En ese momento yo estaba súper activo en los trenes, y recuerdo que a Rose le petó la cabeza con todo lo que le enseñé. Yo quería pintar con él, porque lo tenía todo reventado con su nombre. Fueras donde fueras.

Mi mujer estaba en el andén, cagada de miedo, porque en Caracas, todos los metros están en las favelas. De hecho, días antes, íbamos a investigar pero, lo cancelamos porque yo llevaba unas airmax destrozadas, y me dijeron que nos iban a robar.

Así que empezamos a planificar algo. Ellos habían hecho alguna cosa en el metro ya, pero poco. Dicen, que no es que me importe demasiado, que fui el primer europeo que pintó ese metro. Yo no lo sabía, pero eso dicen. Fuimos dos veces en un año, pero hasta la 3ª no pintamos. Eso fue en el 2009. Rose no estaba, pero lo organizamos con los otros CMS. De todas las cocheras que fuimos a ver, nos decidimos por una que es un cul de sac.
Mi mujer estaba en el andén, cagada de miedo, porque en Caracas, todos los metros están en las favelas. De hecho, días antes, íbamos a investigar pero, lo cancelamos porque yo llevaba unas airmax destrozadas, y me dijeron que nos iban a robar. Tuvimos que esperar a que pillara otro calzado que estuviera hecho una mierda de una marca cualquiera.

Pepe, Caracas

El día que pintamos, mi mujer era la que vigilaba desde el andén, igual que aquí porque ella es mi mejor vigilante y lo ha sido desde que empezamos juntos. Recuerdo que los CMS se hicieron, entre 5 o 6, una pieza de Santo, un amigo suyo que falleció. Yo me hice un Pepe. Tuvieron que ayudarme a acabar porque estábamos tan acojonados que ellos acabaron la suya antes que yo. Yo no iba lento pero aún me faltaba el power y el fondo.
Cuando vamos a salir- tengo la grabación- aparece la policía militar. Como era un sitio sin salida, teníamos que salir por el mismo sitio dónde habíamos entrado. Mi mujer me llamó para decirme que se acababa de bajar la policía armada con metralletas. No sabíamos qué hacer, y por unos segundos cundió el pánico.
Me vuelvo a meter para dentro y aviso de que está la policía. Para que os hagáis una idea, una vez me dijo Rose, que prefería matarse a que lo metieran en la cárcel. Así que imagina la escena.
Nos habíamos metido en una ratonera.
Sólo quedaba relajarnos y esperar. La policía se fue en el siguiente metro y así pudimos salir sin problema.

La segunda vez que fui, había organizado algo con unos europeos, Daor y otro más. Estos chicos se estaban recorriendo Sudamérica en autobús, y venían de México. La cosa fue un poco más profesional, habíamos ido a investigar, abierto una puerta de emergencia para entrar desde arriba, desde la calle. Por la noche cuando estamos llegando, nos para la policía en un control, a 100 m de la puerta de emergencia. Yo hago un reset, lo tomo como una señal y no quiero bajar. Ellos bajaron y pintaron. Fue una tontería porque me quedé esperando a que subieran y de haber pasado algo también me hubiera pasado a mí.

Madrid

Metro no he pintado, pero cercanías muchos. He pintado en épocas chungas, pero he pintado. Madrid es una ciudad más difícil para pintar, por ejemplo los jurados son más bravos. Ahora también empieza a haberlos aquí, y son como los American Bullies.
En Madrid he tenido marrones bestias, o divertidos, no sabría decirte.
Una vez estaba con Amen, nos habíamos levantado y pintado una pieza. De vuelta a su barrio conocemos a un segurata de la Renfe, un yonkie retirado, que nos dice: “ Yo, si viene alguien a donde estoy, le pego un tiro”. Un motivado, vamos.

Oigo: “Alto seguridad” y el jurado aprieta el gatillo. Estaba oscuro, veo la llama y grito: ¡Marrón! Me mordí la lengua.

Alcorcón


Las cosas de la vida hacen que mientras estoy comiendo, me llame Amen para decirme que hay un “tómbolo” de cercanías.
Me apunto. Llegamos a un sitio céntrico, Chamartín o Atocha, no sé seguro y buscamos a Pocho y a Idea. En el tómbolo ya había más gente. El tren era un Civia, en una topera, y había que cortar unas vallas: una buena misión. Voy con Amen rompiendo las vallas hasta que llegamos al objetivo y vemos que hay un jurado en el tren.
Los demás están aún arriba y vigilan el tren, y cuando ven que el jurado se va, saltan por un terraplén.


Entramos y los chicos se ponen a lo loco, -aquí somos más organizados-, y como están apelotonados, decido ir a hacerme el morro. Además estaba en la dirección en la que parecía que no iba a venir nadie. Cuando estoy marcando la segunda P, veo una pistola que aparece por el morro. Oigo: “Alto seguridad” y el jurado aprieta el gatillo. Estaba oscuro, veo la llama y grito: ¡Marrón! Me mordí la lengua.
Salimos corriendo. Yo iba el último y acabé el segundo, detrás de Amen que ya salía a través de las vallas. Pocho venía detrás.
El terraplén era de gravilla y patinábamos, teníamos que ayudarnos unos a otros para subir. Lo gracioso es que a la izquierda había un sitio por el que era fácil subir. Yo iba subiendo y sangrando por la boca. Cuando casi estoy arriba, Pocho, me coge del pie, para ayudarse a salir y al girarme para ayudarle a subir, veo a Idea, gateando por la primera línea de las vías.
Como eso no es normal, pensé que lo mismo el tiro le había dado a él. Así que a pesar de los tiros que ya se oían por otros lados, Amen y yo bajamos y lo sacamos. Entramos 4 y salimos 4, así pienso yo.
Una vez fuera, ya a salvo, le pregunto qué le pasa, y me dice que no ve, porque se había operado la vista el día anterior. Al cabrón le habían dicho que no podía tener subidas de tensión. Casi le mato. (Risas).

Otra fuga chunga, fue con Rek en Barna. Normalmente soy yo quien le lleva a pintar, pero ese día me dice: “Te llevo a SantVi, prepárate un piezón”. Llegamos y nos rodean, sacan las pistolas y empiezan a disparar. Era la época en la que estaba cambiando las traviesas de madera a las de hormigón, y había una montaña de madera apilada. Yo veo que es la única y subo por las traviesas. Rek estaba medio atrapado, pero le aviso que puede salir por el mismo sitio que yo y empiezo a escalar. Los seguridad le cogen de las piernas, y yo de los brazos. Ellos eran dos, así que le grito a Rek para que les dé patadas y pueda soltarse. Pensé que lo pillaban. Al final conseguimos salir. Esa cuesta de las traviesas, daban al patio de una casa. Saltamos al patio y de ahí a la calle, al Paseo Marítimo y a la playa, que era el único donde no iban a vernos.

Problemas

En 2007 sí tuve problemas, fue un día de ajetreo de graffiti junto a Seif, en el que habíamos pintado varios paneles en diferentes sitios. En cada lugar nos encontrábamos con personas distintas, pero todo fue bien hasta el final del día. Porque para rematarlo, decidimos ir a hacer unos platas, y allí me cogieron.
Primero nos hicieron una encerrona y nos fugamos, pero como nos había faltado poco para acabar, decidimos volver, pensando que ya no estarían. Pero, allí estaban esperando, así que tuvimos que volver a salir corriendo, con tan mala suerte, que me caigo y me hago daño en las rodillas. Me lesioné tanto, que no pude ponerme de pie, y aunque parecía que nos habíamos fugado, no contamos con que había más policía escondida.
Seif intentaba ayudarme, pero vimos que no se podía hacer nada y le dije que se fuera. A mí me cogen, me llevan al calabozo y me dan tal paliza que estoy 7 días en el hospital.
Ese es el marrón más grande que he tenido y por el que haré lo que sea- no matar, obviamente- para que no me vuelvan a coger.

Éxito

Para mí un éxito es cada vez que voy a pintar y pinto. Siempre que todos estamos bien es un éxito, y a mis 44 años lo demuestro porque siempre bailo al final de la misión. Me sale sólo. A mí no me gusta enfrentarme a nadie, aunque lo he hecho si ha habido necesidad. Soy de la generación que entraba y salía sin ser vistos, así que me pongo muy nervioso cuando las cosas se hacen de otra manera.
De todas formas he aprendido que las cosas ya no son como antes y me he adaptado a cómo se hacen ahora. Lo que yo pienso que es un marrón de la hostia es algo normal. Las generaciones nuevas hacen las cosas distintas. El 80% de las veces hacen las cosas por cojones.
Ahora sí o sí hay que llevar vigilancia. Todo es mucho más profesional y hay veces que el equipo juega para ti y otras en las que juegas para el equipo y no pintas.
También han cambiado los tiempos, la pintura, los caps… En tres minutos te puedes hacer una pieza. Eso antes era impensable.
También ha cambiado la policía y todos esos cambios supusieron que tuvimos que aprender. Hay cocheras en las que han pillado a todo el mundo y han oido todas las excusas posibles. Hay días que llegas y te vas sin pintar. Ahora ya sabes y conoces a los de seguridad que tienes delante y ya sabes más o menos cómo va a ir la noche.
Así que nos hemos profesionalizado, aunque asumo que tendré que pagar en algún momento, pero prefiero seguir pintando y ser feliz.

Vacaciones con el coche de Prosegur

Para que se entienda como soy, yo me vuelvo tan flipado de los trenes que me pillé un piso enfrente de la estación, desde la que se veían todos los trenes. Incluso me hice amigo de uno de los de Seguridad, tan amigo, que me dejaba el coche de Prosegur para ir a pintar trenes, e incluso me lo dejó para pasar unas vacaciones en Madrid. También me dio los trajes que utilizan de currantes para poder andar con tranquilidad por las instalaciones.
Este hombre, del que no daré datos, llegó a ascender gracias a nosotros porque, uno, no le pintábamos si él estaba y de esa manera parecía que hacía muy bien su trabajo. Y dos, si veía que el trabajo de los suyos podía peligrar, me llamaba para decirme que fuéramos a pintar, dando los detalles de dónde y cuándo.
Han pasado cosas muy graciosas. Había un jurado que se dedicaba a tachar las piezas en los trenes. Los pisaba poniendo TOY. Unos colegas me preguntaron si sabía quien era, y yo sabía dónde aparcaba su coche, así que estos fueron y se lo reventaron a “toys”. Él tipo cuando acabo su turno, se fue al coche, y al verlo así gritaba: “Nooo, no, ya saben quién soy”. Se cambió de curro.

Alemania

Nueva York

(En Nueva York…) Yo flipaba cuando me explicaban de dónde venían los palos, y demás adornos de las letras. Lo saben todo y le dan más sentido del que ya tiene para mí.

En 2009 por mi cumpleaños mi mujer me hace un regalo sorpresa: El viaje a Nueva York. Ella organizó todo: el viaje, y los contactos. Yo flipé, porque era el viaje de mis sueños. Siempre había pensado en hacerlo, de otra manera, con algunos amigos, pero fue increíble igual.
Allí había quedado con Pepe, pero antes de encontrarnos, estuve tres días dando vueltas, viendo cocheras, viéndolo todo y con mi hiperactividad, me estaba volviendo loco.
Al final hablé con All -que ha estado viviendo allí muchos años-, y me puso en contacto con la gente de Tuff City. A través de All ya había conocido a Yes2, pero en honor a la verdad, no se acordaba de mí.
En Tuff City, me di cuenta, de que era un punto de inflexión en mi viaje. Tenía que hacerme un piezón.


Al poco de empezar a pintar ya estaba rodeado de peña mirando lo que hacía y a los dos días me llaman diciéndome que Ces querían pintar conmigo el tren de la tienda. Imaginad.
Para la gente que pinta trenes, el metro de Nueva York, es algo que hay que hacer, pero para los que también pintamos muros, hay otros sueños. Yo estaba cumpliendo los míos. Sin darme cuenta, esta quedando con un montón de gente, había ido de cena con los TATS Crew, barbacoas, etc…


Yo flipaba cuando me explicaban de dónde venían los palos, y demás adornos de las letras. Lo saben todo y le dan más sentido del que ya tiene para mí.
Al final, me había pintado unas 12 piezas. Intentamos el metro, y sé que en otras circunstancias podía haberlo hecho, pero no pasó. Me pinté un freight, que allí también se hace mucho.

Pintura

Lo curioso es que para la primera pieza me gasté un montón de pasta, y ya pensaba que no iba a poder pintar mucho durante el resto del viaje, pero me llevaron a una tienda grande tipo Leroy Merlin y me dijeron, “llena el carro de botes y sal, te esperamos en el coche.” Y así lo hice y pude pintar. La pintura era como la serpentina con la que empecé a pintar cuando era pequeño y menos mal que existen los adaptadores de boquillas, que hacer más fácil pintar.
Por otro lado, como no tenía mucha pasta, comía todos los días en un sitio cubano. En un momento, ya vi que no me iba a llegar para pagar la comida del resto de días y les expliqué la situación. Me hicieron un trato especial, y no hubo día que no comiese.

Vuelta a Barcelona

Al volver de Nyc, me dio un bajón… un “estáte quieto” que dice mi cuñado. Empecé a ver las cosas de otra manera, a replantearme el graffiti como lo había vivido hasta entonces, porque allí lo vi todo mucho más fácil.
Si hay una cosa que no me gusta de aquí, son los malos rollos, las envidias y los egos etc.
El graffiti es mi vida, está hilado en todas mis facetas, amigos, familia, y cuando yo te llamo hermano, es porque te considero mi hermano. Así que me replanteé todo.

Graffiti

El estilo que me gusta es el parecido al que yo hago. No flipo con nadie, pero sí que hay mucha gente que me mola lo que hace. Mi top ten va cambiando con los años, pero en general siempre están los mismos. Yo no consumo graffiti, pero me llegan cosas a través de gente, y veo gente que tiene mucha gracia, Rois, Hase, Fons.. son unos máquinas.

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